jueves, 19 de noviembre de 2009

Así nos ve un mundo

¡Hay que saltar, hay que saltar!
¡Los uruguayos vamos al mundial!

Charlando con amigos, predije que la selección uruguaya de fútbol y la costarricense convertirían en este encuentro final un gol cada una, y en ese orden. Es lo que creía que iba a suceder, y así fue. Si seremos sacrificados los uruguayos... parecemos nacidos para sufrir. ¿Pararemos o seguiremos?

En este torneo clasificatorio para el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, goleamos y gustamos en el Centenario, pero también padecimos goleadas en nuestra catedral del fútbol mundial. Perdimos contra Brasil y Argentina con gran dignidad, pero perdimos. Le ganamos a Paraguay y a Chile, pero empatamos contra Bolivia a pocos metros de distancia del mismísimo Inti, y encima perdimos contra el colista Perú. Ganamos en la altura de Quito y Bogotá y en el pasto sintético de San José de Costa Rica. De hecho, eliminamos a Colombia, Ecuador, Venezuela y Costa Rica porque no nos ganaron ninguno de los ocho enfrentamientos. Pero en varios de ellos parecimos jugar a la bolita o a la pelota más que practicar un deporte profesional.

Corbo calificó la actuación de la celeste como una "hazaña". Los propios jugadores declararon en todos estos años de odisea que lo importante era clasificar al Mundial. Jugar al fútbol fue secundario. Somos capaces de hacerlo brillantemente, pero muchas veces desistimos de hacerlo. Esta situación va más allá de quién juegue en qué posición, de quién desempeñe qué cargo fuera de la cancha, y de quién sea dueño de fichas de futbolistas y derechos de transmisión de los partidos. El fútbol es parte de nuestra cultura, y los problemas de nuestro fútbol son culturales. Si así queremos que nos vaya, así seguiremos yendo y viniendo.

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